Con el descubrimiento, hecho
en 1894, de la inscripción sepulcral sobre el “loculus” o
sepulcro de la santa en las catacumbas de Siracusa, desaparecieron
todas las dudas sobre la historicidad de la joven mártir
Lucía, cuya fama y devoción se deben en gran parte
a su legendaria Pasión, posterior al siglo V. La inscripción
se remonta a comienzos del siglo V, cien años después
del glorioso testimonio que dio de Cristo la mártir de
Siracusa.
Epígrafes, inscripciones y el mismo antiguo recuerdo litúrgico (se debe
probablemente al Papa Gregorio Magno la introducción del nombre de
Santa Lucía en el Canon de la Misa) demuestran la
devoción desde antiguo, que se difundió muy pronto no sólo
en Occidente, sino también en Oriente.
Lucía pertenecía a una rica
familia de Siracusa. La madre, Eutiquia, cuando quedó viuda, quería
hacer casar a la hija con un joven paisano. Lucía,
que había hecho voto de virginidad por amor a Cristo,
obtuvo que se aplazara la boda, entre otras cosas porque
la madre se enfermó gravemente. Devota de Santa Águeda, la
mártir de Catania, que había vivido medio siglo antes, quiso
llevar a la madre enferma a la tumba de la
santa. De esta peregrinación la madre regresó completamente curada y
por eso le permitió a la hija que siguiera el
camino que deseaba, permitiéndole dar a los pobres de la
ciudad su rica dote.
El novio rechazado se vengó acusando a
Lucía ante el procónsul Pascasio por ser ella cristiana. Amenazada
de ser llevada a un prostíbulo para que saliera contaminada,
Lucía le dio una sabia respuesta al procónsul: “El cuerpo
queda contaminado solamente si el alma es consciente”.
El procónsul
quiso pasar de las amenazas a los hechos, pero el
cuerpo de Lucía se puso tan pesado que más de
diez hombres no lograron moverla ni un palmo. Un golpe
de espada hirió a Lucía, pero aun con la garganta
cortada la joven siguió exhortando a los fieles para que
antepusieran los deberes para con Dios a los de las
criaturas, hasta cuando los compañeros de fe, que estaban a
su alrededor, sellaron su conmovedor testimonio con la palabra Amén.
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ewtn
M.D
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