1º 2ª ESCRIBE A LA MANERA DE EDGARD ALLAN POE
BIOGRAFÍA:
Luego de la lectura de la obra de Edgard Allan Poe, los alumnos de 1º 2ª , guiados por la profesora Marcela Aguglia se animaron a crear una historia a la manera del autor. Aquí algunas de ellas, espero que las disfruten tal como lo hice yo al transcribirlas. ¡Muchas Gracias! Mónica.
El crimen perfecto (Brenda Paz)
BIOGRAFÍA:
Luego de la lectura de la obra de Edgard Allan Poe, los alumnos de 1º 2ª , guiados por la profesora Marcela Aguglia se animaron a crear una historia a la manera del autor. Aquí algunas de ellas, espero que las disfruten tal como lo hice yo al transcribirlas. ¡Muchas Gracias! Mónica.
El crimen perfecto (Brenda Paz)
Sí, lo admito, no me gustan los niños y menos los
adolescentes, de esos que tienen el cerebro en cualquier lado, menos en la
cabeza. Aparte de eso, soy una persona muy malhumorada que no le gusta
socializar con ninguna persona. Desde que falleció mi mejor e íntimo amigo no
me hablo con nadie más que con mi tío, pero vive en California.
Bueno, ahora viene lo interesante ¡El crimen que cometí! Hoy día era un martes cualquiera, solo
que hoy era mi cumpleaños así que decidí salir almorzar al
restaurant de la vuelta de mi casa, al abrir la puerta me encontré con el cartero que tenía en la mano una bolsa de obsequio y una carta, me dio las dos cosas y se
despidió amablemente, abrí primero la carta que decía:
Querido sobrino, te mando una saludo. Este año no pude ir
porque ando enfermo, ojalá te guste mi regalo.
Abrí mi regalo, era una camisa negra, lisa como me gusta a
mí. Me saqué la camisa que tenía y me puse la nueva, ahora sí me fui al
restaurant. Al llegar ya habían pocas mesas y me tuve que sentar al fondo que
justo había un grupo de adolescentes que gritaban y se reían, no sé de qué,
pero se reían.
Yo estaba comiendo y de repente, plaf! Se cae uno encima mío
y encima vuelco la gaseosa sobre mí. Por supuesto que me enfadé y rápidamente
reconocí al chico, vivía al frente de mi casa, nunca me calló bien, hasta
puedo decir que lo odio. Así que ahora es donde mi cerebro entra en acción.
Furioso y velozmente fui a mi casa para poder crear un plan para matar a ese
niño. Creo que eso no es un niño, es un demonio al cual odio mucho, bueno, eso
no interesa.
Lo importante es que terminé el plan, yo sé lo que voy a
hacer, presten atención.
Primero voy a pedir empleo en ese restaurante al que va
todos los días ese demonio. Segundo, envenenaré su bebida, tercero seguro que
al salir del retaurant se a empezar a sentir mal y ahí entro yo, salgo del
trabajo, lo sigo al niño y al descomponerse lo hago entrar a mi casa y al entrar el veneno ya puede hacer efecto y finalmente matarlo. Genial, tengo todo un
plan a la perfección. Solo falta que el niño cumpla los pasos. Pasaron dos días
y no me animo, pero como siempre dicen la tercera es la vencida y así fue. El
niño fue al restó, tomó su bebida que estaba totalmente envenenada Jajajaja!,
salió del lugar un poco mareado y atrás de él salí yo, ya por mi casa el niño
se desplomó en mi vereda, me fijé que nadie me mirara y lo entré a mi casa, me
fijé y el veneno hizo efecto, por fin murió. Estaba orgulloso de mí mismo, lo
maté y nadie sospecharía nada de mí. Finalmente corté todo el cuerpo en
pedazos, los metí en una bolsa y lo metí en el hueco de un árbol, lo tapé con
ramas. Bueno este es mi gran crimen, no gran crimen,un crimen perfecto.
Fin
El enemigo (Emanuel Casavieja)
Era una tarde fría y nublada, cuando llegó esa cosa del
demonio a este barrio, era el nuevo perrito de mi vecina de junto con la cual
tenía una enemistad muy severa, nunca me
había hecho nada malo, pero todos decían que era de viejo mañoso, eran pocos
los que entendían mis caprichos.
No se no cómo ni porqué lo hice solo sé que era por ese
perrito malvado que no dejaba que pudiera cerrar un ojo en varias noches,
supongo que lo hice en estado de inercia como si fuese él o yo. Por varios días
planeé el hecho hasta que el día llegó., vigilé a mi vecina y esperé a hasta
que se vaya. Yo tomé al can, le coloqué
un bozal para que no ladrase, luego lo llevé al sótano y comencé con mi plan…
Lo introduje en una pequeña jaula vieja, lo tapé y lo dejé
sin comer cada tanto lo hacía ingerir un poco de agua a través de una jeringa y
así lo tuve por unos días. Posteriormente le
corté todo su cuerpecito hasta
dejarle sólo las cuerdas vocales, al quinto día metí sus cuerdas vocales en una cajita
de cartón con una carta diciendo:
Lo siento era de vida o muerte, era el enemigo o yo.
Fatídica noche de julio (Franco Ferreira y Dylan Woca)
Mi historia es
así. Soy una persona más del montón que estaba en un lugar inoportuno y el
momento equivocado. Me hallaba en un restaurant cuando un niño me derramó un
vaso de gaseosa, tenía un camisa blanca y era un bebida cola así que fui a
limpiarme al baño.Cuando lavaba la camisa entré en una especie de
trance…caminaba lentamente y tambaleando hacia el cuchillo de mi mesa y volví al
baño donde apareció un señor de unos 65 años al que apuñalé por la espalda.
Mientras yo balbuceaba algo en, al parecer una lengua antigua: ¡Nashter
matickalan kamansatelin!, nunca supe qué quería decir. Escondí el cuerpo y hasta me sentí orgulloso, los nervios me invadieron
y me fui corriendo por la puerta de atrás sin pagar.
Me desperté en mi casa y aliviado creí que había sido solo
un sueño cuando un policía tocó a mi puerta. Vi la camisa que había usado esa
noche y la escondí en el lavarropas.
Abrí la puerta nervioso.
-Hola, ¿qué tal? –me dijo el policía- vengo porque nos han
informado que hubo gritos provenientes de esta casa.
-¿Gritos? ¡No!- respondí nervioso.
Entonces no le va a importar que venga a inspeccionar.
-Pase
A penas entró comencé a tener visiones del crimen, de cómo
me arrestaban y volví a balbucear…¡, kamonsatelin nashter matickala
kamensatelin
¡Nashter matikalan, kamansatelin! El oficial no entendió lo
que yo decía, no podía más lo tenía que confesar.
¡Yo lo hice! ¡Yo fui!, ¡Yo fui el que mató al del
restaurant! Le mostré mi camisa y procedió a arrestarme.
Así acaba mi historia… pero lo peor es que nunca sabré lo
que pasó aquella fatídica noche de julio.
(Santiago Sequeira)
No recuerdo cómo me convertí en esto, como es que estoy aquí.
Días antes estaba tranquilo en mi casa cuando una vecina me
saludó mostrándome un cachorro que logró rescatar de la calle. El pequeño tenía
pelo blanco en las patas y marrón todo el cuerpo, se hizo de noche y me fui a dormir
pero de repente-Huuu u huau auuu ,era el
perro de mi vecina , no dormí nada esa noche fui al trabajo pero me despidieron
por llegar tarde. Al volver a mi casa el perro seguía ladrando, no sabía cómo
los otros vecinos podían dormir, era muy molesto y ya eran las 6 de la mañana.
Me fui a cocinar unos huevos fritos y sin querer le puse aceite de más, el
perro volvió a ladrar, me distraje y de la nada me saltó todo el aceite en mi
cara. Grité de dolor. Ahí fue cuando me eché agua bien fría en la cara y me
miré al espejo, fue horrendo tenía la cara toda quemada. Cuando enfurecí tomé
una cuchilla grande y me tapé la cara y la cabeza con vendas y dije: ¡Me vengaré! Al día siguiente a la 1 de la madrugada fui a casa de mi vecina con toda la
bronca y le dije que se deshiciera del perro o
que yo lo haría en ese momento. El perro saltó sobre mí y mi vecina se quedó paralizado al verme
la cara sin las vendas. Maté al perro y a la señora. Llevé los cadáveres del
perro y la señora al campo y los tiré en un profundo lago que encontré. Empezó
a lloviznar y al fin obtuve mi venganza, estaba orgulloso de lo fácil que fue.
Cuando alguien llamaba a la puerta yo me volví a vendar la cara y atendí, era
un policía y me interrogó -Los vecinos dicen que usted fue el último que entró
a su casa y que esa misma tarde saliste arrastrando algo- mientras me
interrogaba encontró el arma homicida y pensé no me sirvió de nada. No recuperé
mi cara, ni mi empleo por hacer esto así que confesé y me convertí en un
asesino que pasará 60 años en prisión. Y ahora escucho esos ladridos en mi
conciencia todas las noches.
LADRIDOS
(Alan Frías)
Yo vivía solo, en un vecindario muy tranquilo, donde vivían
solo 2 personas y yo y…
Aquella noche, yo hacía lo que siempre hago, dormir, yo soy
una persona violenta, todo me molesta y por esa razón estoy solo.
Una mañana vi a mi vecina trayendo a un animal, un perro, el
perro no molestaba, lo que me molestaba eran sus ladridos. Pasaron los días, no
pude dormir, como dije, todo me molesta.
Una noche, entré por la ventana a la casa de mi vecina, esperé
que se durmiera y fui a buscar al perro, yo no lo quise hacer, si me decía del
perro seguramente pegaría un ladrido y eso
pasó, mi vecina bajó y lamentablemente la maté. Dejé el cadáver ahí,
como dije, nadie más que yo vivía ahí.
Fin
Fin