sábado, 30 de mayo de 2015

SANTORAL 31/ 5 SANTÍSIMA TRINIDAD

Trinidad es el modelo de toda comunidad humana, desde la más sencilla y elemental, que es la familia, a la Iglesia universal. Muestra cómo el amor crea la unidad en la diversidad: unidad de intenciones, de pensamiento, de voluntad; diversidad de sujetos, de características y, en el ámbito humano, de sexo. Y vemos precisamente qué puede aprender una familia del modelo trinitario.

Si leemos con atención el Nuevo Testamento, observamos una especie de regla. Cada una de las tres personas divinas no habla de sí, sino de la otra; no atrae la atención sobre sí, sino sobre la otra. Cada vez que el Padre habla en el Evangelio lo hace siempre para revelar algo del Hijo. Jesús, a su vez, no hace sino hablar del Padre. El Espíritu Santo, cuando llega al corazón de un creyente, no enseña a decir su nombre, que en hebreo es «Rûah», sino que enseña a decir «Abbà», que es el nombre del Padre.

Intentemos pensar qué produciría este estilo si se transfiriera a la vida de una familia. El padre, que no se preocupa tanto de afirmar su autoridad como la de la madre; la madre, que antes de enseñar al niño a decir «mamá» le enseña a decir «papá». Si este estilo fuera imitado en nuestras familias y comunidades, se convertirían verdaderamente en un reflejo de la Trinidad en la Tierra, lugares donde la ley que rige todo es el amor.

Padre Raniero Cantalamessa ofmcap



VIRGEN MARIA Y LA SANTISIMA TRINIDAD
                                                                  MARCELA



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